Albóndigas con tomate.

Albóndigas con tomate.

¿Qué necesitamos?

Para el tomate frito:

-         2 latas grandes de tomate natural pelado. 

-          Aceite de Oliva.

-         1 diente y medio de ajo.

-         1 cucharadita de azúcar.

-         Sal.

Para las albóndigas:

-         500 g de carne picada (mezcla de pavo y pollo o de cerdo y ternera).

-         Pan rallado (unas tres cucharadas aproximadamente).

-         1 plato de harina para rebozar las albóndigas.

-         2 huevos.

-         1 diente de ajo.

-         Aceite.

-         1 cucharadita de perejil picado.

-         Sal.

¿Cómo hacemos la salsa de tomate?

Abrimos la lata de tomates y retiramos el exceso de líquido.

Pelamos y picamos los ajos, calentamos unas cinco cucharadas de aceite de oliva y doramos en él los ajos, cuando empiecen a dorarse agregamos los tomates y los vamos partiendo con una espátula o cuchara de madera.

 Lo dejamos pochando hasta que reduzca a la mitad (una media hora  a fuego lento).

Añadimos una cucharadita de azúcar para reducir acidez, una pizca de sal. Si queremos, podemos añadir especias como orégano, albahaca o tomillo.

Removemos y rectificamos de sal.

 Podemos pasarlo por el pasapurés o dejarlo como está si nos gusta que haya tropezones en la salsita.

¿Cómo hacemos las albóndigas?

Salamos la carne y le añadimos en ajo muy picadito y el perejil. Mezclamos todo y añadimos dos huevos, volvemos a mezclar de nuevo y en este punto vamos a ir añadiendo poco a poco pan rallado hasta obtener una masa que se pueda trabajar fácilmente con las manos.

Vamos formando las bolas del tamaño que más nos guste y las pasamos por harina. Las reservamos.

Las freímos en aceite unos tres minutos y escurrimos el exceso de grasa dejándolas sobre papel de cocina.

Cuando tengamos ya todas las albóndigas, las agregamos a la cacerola con el tomate y calentamos a fuego medio-bajo durante unos diez minutos.

Las sacudimos un poco para retirar el exceso de harina y freímos en aceite de oliva virgen extra bien caliente, unos tres minutos son suficientes.

¡Clásicas y riquísimas!